Un cervecero exitoso es aquel que logra satisfacer a quien consume su producto. Ese debería ser el aspiracional de todos quienes elaboran cerveza: desde el homebrewers que apenas llena un fermentador con 20 litros o un experiente cervecero que produce miles de litros por mes.

El caso de Mauricio Gil, Laura Baserga y su emprendimiento HOBS, tiene mucho de ese aspiracional. Además de estar casados desde hace 9 años y ser papás de Emilia (7) y de Lautaro (que llega en diciembre), ambos comparten la pasión y el espíritu del cervecero casero. Por eso su marca se llama HOBS (HOmeBrewer Spirit).

Mauricio es ingeniero agrónomo, nacido en Montevideo y Laura es minuana. Se casaron en 2010 y su trabajo los llevó a Nueva Palmira (Colonia), una ciudad puerto por donde sale la producción de granos de Uruguay al mundo.

Mauricio conoció el mundo cervecero en 2008 cuando empezó a trabajar, como agrónomo, en la maltería de Ambev en Nueva Palmira, más precisamente en el área de producción de semillas de cebada. Dicho sea de paso, Uruguay es un gran productor de cebada maltera que en su mayoría es utilizada como base en la mayoría de las cervezas industriales de Brasil.

En 2012 renunció a la maltería y comenzó a trabajar en otra empresa exportadora de granos. Laura, por su parte, trabaja para otra empresa granelera.

Se viene un nuevo fermentador

Trabajando en Ambev conoció cervecerías del grupo multinacional en Brasil. En 2013 empezó a investigar cómo hacer cerveza y tomó contacto con el mundo de la cerveza casera. Como casi todo el mundo buscó información por Internet e ingresó a foros y grupos sobre el tema. Dio con un grupo de Yahoo! del Club de Cerveceros Caseros del Uruguay y ahí empezó la historia. Se asoció al club y comenzó con a dar rienda suelta a su incipiente pasión. De a poco fueron llegando los equipos, ollas, insumos, materiales; vio que había gente más experta y recibió agradecido sus consejos para elaborar.

El primer lote de cerveza en casa salió en 2014 y nunca más pararon. El Club lo estimuló a participar de los concursos, capacitaciones, cursos y demás actividades. «Hice algunas cervezas muy buenas y otras no tanto, pero lo importante era recibir una devolución de los jueces» señala. A su pasión, Mauricio le sumó método. «Tengo anotadas más o menos unas 25 cervezas que participaron de concursos…todas con su devolución» dice. Esa es la guía que usó para ir mejorando y practicando en su casa.

Nueva Palmira es una ciudad pequeña, de casi 10 mil habitantes, y la cervecería artesanal no estaba muy desarrollada hace unos años. En agosto de 2016 Mauricio se propuso organizar una jornada de capacitación en la ciudad para contribuir con el movimiento «craft». «Como es un hobby que me apasiona la idea siempre fue difundir. Juntamos 25 personas que vinieron de ciudades vecinas» recuerda.

Entusiasmado en seguir mejorando hizo cursos de análisis sensorial, de producción, entre otros, y en julio de 2018 se certificó como juez BJCP.

La historia de tener una cervecería propia «nos empezó a picar el año pasado» dice, cuando se puso en contacto con gente que quería poner una cervecería en la zona y comenzó a asesorarlos en la parte de cocción. En ese momento, con Laura, comezaron a sondear la posibilidad de armar algo chiquito pero particular. «Lo que más nos motivó fue que la movida artesanal empezó a explotar en el interior. Veíamos que Montevideo estaba más avanzado pero en el interior era bastante difícil conseguir buena cerveza» dice.

Espíritu homebrewer

Era un paso bastante cantado. Empezaron despacio, plantearon el proyecto de armarlo en su propia casa, se equiparon y a fines del 2018 se lanzaron con el proyecto de cervecería HOBS.

El nombre, dice Mauricio, tiene que ver con el espíritu del emprendimiento. «Tenemos claro que queremos hacer un aporte a nivel de calidad y diferenciación. HOBS (HOmeBrew Spirit) se propone hacer las cervezas que queremos y con la calidad que queremos, por eso el espíritu del cervecero casero es parte del lema de la marca».

Ese espíritu implica que no se plantean la cervecería en términos de volúmenes de producción ni de rentabilidad: «Lo que buscamos es hacer buenas cervezas y ofrecérselas al consumidor, con la responsabilidad asociada, que en algunos casos falta, de vender un producto acorde a lo que el consumidor está pagando». Así de simple.

Para Mauricio esa filosofía es la que permitirá sustentar un negocio cervecero en Uruguay: «Creemos que los que van a mantenerse y crecer son los que hagan un buen producto y no los que apunten al negocio o al mercado».

El primer lote de HOBS salió en enero de 2019. «Fue una Belgian Saison, una cerveza muy refrescante, con la que quisimos aportar algo diferente en las canillas sobre todo en el interior». La colocaron en Don Ramón, uno de los pocos bares cerveceros de la zona (Carmelo).

Su segunda cerveza fue una Session IPA, fresca, baja en alcohol, bien lupulada y con bajo amargor. Una cerveza que funciona muy bien como vía de entrada para el lúpulo, dice.

Incentivados por el concurso del Centro Cervecero, del que participó Pete Slosberg como juez, cocinaron una American Brown Ale, muy característica, que quedó seleccionada entre las cuatro mejores. Después vino una American IPA, la California Common que acaba de ganar medalla de Plata en la Copa Uruguaya de Cervezas (UY Beer) y volvieron a cocinar la Session IPA que obtuvo medalla de Bronce. Un capítulo aparte merece la Old Ale, elegida como mejor cerveza de la Copa UY Beer 2019.

La mejor del show

La Old Ale de HOBS tiene una historia particular, que merece ser contada. Habla de darle a una cerveza la oportunidad y el tiempo para expresarse.

Mauricio recuerda que es una receta que cocinaron en 2017 para un concurso de cerveceros del Club, y no tuvo una buena devolución: «Decidimos dejarla en penitencia y como es un estilo al que el tiempo le hace muy bien, un año y medio después volvimos a probarla. Había evolucionado muy bien y decidimos presentarla en un concurso de cerveceros caseros de Ecuador». Ese mismo lote que no había gustado a los jueces en el concurso del Club, sacó la Medalla de Oro en su categoría y fue Best of Show en Ecuador.

Eso los motivó para volver a cocinarla, tratando de repetir los procesos e incluirla en el proyecto HOBS. «No nos largamos a hacer un lote grande, tratamos de repetir el proceso y de dejarla el mayor tiempo posible. Ya tiene unos ocho meses de guarda y acaba de ganar la Copa Uruguaya de Cervezas» dice.

La Old Ale de HOBS es una cerveza muy particular, que no va a estar en canillas, y solo se conseguirá en botellas (poca cantidad). Queda un barril que dejarán evolucionar porque consideran que es «una cerveza que tiene mucho para dar todavía».

Sin duda volverán a hacerla y esta vez en un lote más grande pero habrá que esperar porque necesita unos cuantos meses de guarda.

¿Qué les dejó el premio mayor del concurso? «Es una gran responsabilidad pero a la vez una motivación para seguir adelante» dice. En el corto plazo HOBS tiene previsto ampliar la capacidad de producción y producir una Imperial IPA en conjunto con la cervecería carmelitana Don Ramón.

El nuevo fermentador les permitirá seguir innovando y aportando calidad al mercado cervecero local y comenzar a aparecer en más canillas de bares de la zona.

Si bien, por el momento, no piensan dedicarse cien por ciento a la producción de cerveza, pretenden que el emprendimiento sea comercialmente viable y seguir con el foco puesto en la calidad.

Ficha técnica

La Old Ale es una cerveza que está hecha con malta base Pale Ale, y agregado de maltas caramelo que le aportan color y aroma. Utilizaron una levadura inglesa (S 04) y lo que «le da brillo» es el agregado de chips de roble americano remojados en whisky. Esto le aporta notas de vainilla, frutos secos, ciruela, y un carácter especial que le permitió destacarse. Tiene 6,5% de alcohol, 30 IBUS de amargor y aromas típicos de lúpulos ingleses, cuya conjunción da como resultado una cerveza bien compleja y disfrutable.

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