Las ventajas de las latas de aluminio como envase para cervezas son muchas, tanto para los consumidores como para los productores. La única contra que tiene es el prejuicio.
Hay una creencia bastante generalizada de que la cerveza en lata es de baja calidad. Pero de a poco, ese prejuicio como tantos otros, se va venciendo. Así que la próxima vez que compres una cerveza artesanal, dale una oportunidad a la lata.
Consumir una cerveza artesanal no es cosa de tiempo ni lugar. Hay ocasiones para todos los gustos. Muchas personas prefieren consumirla fundamentalmente en bares mientras otras elijen hacerlo en casa, con amigos, pareja, en ferias y eventos, incluso en la playa o en el tercer tiempo de su deporte preferido. En ese contexto, desde hace poco, el mercado se está volcando a la lata, a pesar del fuerte prejuicio que la antecede.
Para muchos cerveceros, la lata es el “envase ideal” para consumir cerveza artesanal y presenta muchas ventajas respecto a la botella.
Además de las malas prácticas en su elaboración, la cerveza artesanal tiene dos grandes enemigos: la luz y el oxígeno. Para contrarrestar ambos, las latas de aluminio se están imponiendo como tendencia en el mundo craft. Y esa tendencia, como era esperable, se consolida en Latinoamérica.
Ventajas sobre el producto
La lata exhibe un montón de beneficios sobre la botella. Pero la principal, según los cerveceros consultados para escribir esta nota, es la calidad del producto. «Es un empaque ideal para la cerveza en general y en particular para las lupuladas, porque la luz afecta mucho a la cerveza y acelera mucho el proceso de oxidación» nos dice Lucio Faina, director de Índica Beer, que tiene su propia enlatadora y está envasando así gran parte de su producción.
Con este razonamiento coincide Iván Cándido, de Oso Pardo, una cervecería caracterizada por sus cervezas altamente lupuladas y que también dispone de su propia enlatadora. “La ventaja más notoria tiene que ver con la calidad de la cerveza” dice, aunque también destaca sus bondades logísticas y ambientales. “La lata pesa menos que la botella y es reciclable”.
Una cerveza en lata, que fue bien manufacturada, tiene una vida útil más prolongada que una envasada en botella. Es cien por ciento opaca por lo que bloquea totalmente la luz y el ingreso de oxígeno. Hay estudios que comprueban que las tapas corona de las botellas son permeables al oxígeno.
Ventajas logísticas y ambientales
Como la lata pesa bastante menos que la botella presenta beneficios a la hora de su almacenamiento y traslado. Una caja de 12 latas, que son aproximadamente 6 litros de cerveza, pesa 6 kilos. En tanto una caja de 12 botellas, que también son 6 litros, pesa el doble.
Las latas empacadas ocupan un 20% menos volumen para la misma cantidad de cerveza; y por el menor peso se consume menos energía y combustible en su transporte.
En un mundo que va hacia el “plasticidio” no es mala cosa que las cervezas aporten su granito de arena a la sustentabilidad del planeta. Las latas de aluminio son totalmente reciclables.
Una ventaja adicional es que las latas soportan caídas, pueden abollarse pero es muy difícil (aunque no imposible) que se rompan. Además se enfrían más rápido que las botellas. En apenas 15 minutos de heladera, una cerveza en lata ya está pronta para consumir. También aportan a la diferenciación del producto ya que la superficie “imprimible” de la lata es mayor que la de la botella y allí el cervecero puede exponer mejor su marca, su diseño y agregar más información sobre su producto.
Historia del uso de la lata en la cerveza
A comienzo de la década de 1930, poco antes de que la Ley Seca fuera derogada, la American Can Company creó un prototipo de lata de cerveza utilizable que Gottfried Krueger Brewing Company, de Nueva Jersey, probó con solo 2.000 latas de su cerveza especial Krueger.
Las latas de 12 onzas ofrecían el mayor contenido de alcohol posible en ese momento (3.2%) y recibieron críticas favorables del 91% de los bebedores dedicados que fueron invitados a participar en el primer lote. La gran mayoría de ellos dijo que sabía más a cerveza de barril que su contraparte embotellada.
Estas primeras latas no eran como las que vemos hoy, sino que se parecían a las latas de arvejas o choclo, había que abrirlas con un abrelatas. El acero del que estaban hechas no fue modificado hasta 1958, cuando se comenzaron a fabricar de aluminio. ¿La argolla? Apareció en la década de 1960. Pero lo que tenían de cómodas lo tenían de peligrosas. Las argollas terminaban en el suelo, causaban basura y demás problemas ambientales.
La lata con la lengüeta que conocemos hoy fue introducida al mercado en 1975 por Kentucky’s Falls City Brewing Company.
La primera lata de cerveza artesanal
Se ha popularizado la idea de que la primera cerveza artesanal que salió al mercado utilizando la lata como envase fue la Dale’s Pale Ale de Oskar Blues Brewery. Desde entonces, la tendencia se ha venido incrementando dentro del sector de las microcervecerías en Estados Unidos y está llegando a otros mercados más cercanos, como Brasil y Argentina, donde incluso los bares ofrecen el servicio de enlatado individual para que los consumidores puedan llevarse a casa la cerveza que más les gustó de su pizarra.
Sin embargo, hay evidencia que indica que la mítica Dale’s Pale Ale de Oskar Blues no fue la primera, y que 11 años antes, en 1991, la cervecera Mild-Coast Brewing Co. fundada por Jeff Fulbright, presentó oficialmente ante 45 personas en el hotel Hilton del centro de Oshkosh (Wisconsin, USA) la cerveza “Chief Oshkosh Red Lager” en lata.
Según las declaraciones del propio Fulbright para la revista All About Beer, dicha decisión de enlatar su cerveza se debió a motivos puramente económicos, y de hecho, él mismo reconoció que no era consciente de que en aquel entonces fuese una práctica única y pionera dentro del mundo de la cerveza artesanal.
Fuentes: Espumadecerveza.es; Craftedbyohm.com